¿Qué equipo necesito para hacer el tratamiento de agua en una escuela?

La potabilización o purificación del agua es el proceso que hace que el agua pueda ser consumida por el ser humano, o en la vida cotidiana.

Este proceso se realiza en el agua que probablemente tiene agentes contaminantes, al someterla a una serie de modificaciones físicas y químicas. Esta secuencia busca limpiar al líquido. La idea principal de este proceso es que el agua no represente ningún riesgo para la salud de las personas.

Hay una serie de tipos o procesos que pueden potabilizar el agua de distintas maneras. Ninguno de ellos es completamente efectivo por sí mismo, sino que se recomienda utilizarlos en conjunto.

El primero es la desinfección, que consiste en eliminar microorganismos que pudieran ser virus y bacterias. Uno de los químicos más utilizados es el cloro. Al reducir a estos microorganismos, se reducen las posibilidades de que se contraigan enfermedades.

El segundo es la suavización. Este proceso busca eliminar calcio y magnesio del líquido. Así es posible, también, prevenir el sarro en tuberías.

La filtración de gránulos consiste en eliminar los sólidos. Esto se realiza con diversos filtros que buscan evitar daños en otros sistemas de potabilización que se utilicen.

El sistema de carbón activo granular se concentra en eliminar compuestos orgánicos y bacterias. El carbón se encarga de absorber compuestos orgánicos, para volver al líquido incoloro, inoloro e insaboro. También ayuda a reducir el cloro.

El proceso de ósmosis inversa o ultrafiltración se realiza con una membrana que genera un cambio físico-químico. Con este se retiran partículas que pudieran haber pasado los filtros anteriores.

Finalmente, está la luz ultravioleta que se encarga de eliminar microorganismos que pudieran haber sobrevivido. Este se puede combinar con la ósmosis inversa, pero antes se debe utilizar la luz ultravioleta.

El agua que llega a tu escuela proviene del sistema de distribución de agua de tu municipio. Este sistema incluye dos vías: el agua que se distribuye entre los hogares y edificios, y el agua que se desecha.

Las aguas que se desechan, que podrían ser llamadas aguas residuales, suelen llegar a una planta de tratamiento de aguas que tiene tu municipio. En estas plantas se intenta limpiar.
Los hogares suelen producir entre 200 y 300 litros de aguas residuales al día, por cada uno de sus habitantes. La cantidad total de litros de agua residual que se reutilizan al día depende del país, debido a la creciente escasez de este líquido en diversas partes del mundo.

Estas plantas de tratamiento de aguas residuales usualmente suelen potabilizar el agua pero no la limpian por completo como para que puedan ser utilizadas en consumo humano. Por eso se recomiendan filtros en los hogares, oficinas y escuelas. La mayoría de las aguas después de ser tratadas, se descargan en las vías fluviales donde se mezclan con el agua que ya está corriendo.

En muchas ciudades del mundo, esta agua es tratada para su uso potable nada más, o, incluso, para que pueda ser utilizada para la agricultura.

La marca PURIKOR tiene una planta de potabilización de pequeño espacio que funciona por ósmosis inversa. Esta elimina los sedimentos que pudiera haber en el agua.

Esta se encuentra compuesta por materiales de la más alta calidad. Incluye una base anticorrosiva y una motobomba de acero inoxidable. Además, tiene un panel desde donde se puede controlar el uso de la máquina, la presión que el líquido tiene, si el funcionamiento será manual o automático, control eléctrico para la motobomba y un funcionamiento de paro de emergencia.

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